jueves, 4 de marzo de 2010

Sexo y Estado

Incisivo artículo del catedrático de Filosofía del Derecho Francisco J. Contreras sobre la ley del aborto, que hoy publica el BOE. Como dice Contreras, para comprender el trasfondo ideológico de la ley, es necesario leer un documento del Ministerio de Sanidad del mes de noviembre, en el cual se pueden encontrar disparates como "la maternidad no es un hecho natural".

Sólo las almas más cándidas pueden seguir negándose a reconocer el proceso en marcha. A través de la ideología de género y el hedonismo orgasmocéntrico, el socialismo trata de disolver la institución familiar, transmisora de valores y de mecanismos interiorizados de autocontrol, para dar paso a una sociedad atomizada, es decir, compuesta de individuos sin referencias no estatales y mucho más dependientes de la represión externa. Porque no nos engañemos, detrás del buenrrollismo de la izquierda, del mapa del clítoris y los talleres de masturbación, al final nos encontramos con las porras y los gases lacrimógenos de la policía, que serán mucho más necesarios en un mundo donde se educa a la población, desde los "cero años", en el único ideal de la búsqueda del placer y la diversión. A más botellón y promiscuidad, más vandalismo, más casos de maltrato doméstico, de abuso de niños -más frecuentes en los "nuevos modelos de familia", en los que al menos uno de los miembros de la pareja no es progenitor biológico... Es decir, más violencia, que debe inevitablemente ser reprimida con sanciones penales más duras, y a la postre con más presión policial. En resumen, menos moral ("tabúes", "estereotipos sexistas", "sentimientos de culpabilidad y vergüenza") implica automáticamente más Estado.