lunes, 1 de junio de 2009

Los de los trajes a medida

Los vídeos de la campaña electoral del PSOE son zafios y demagógicos, e incluso tienen un cierto aire goebbelsiano: Si sustituimos a la derecha, a Bush y a Aznar por los financieros y "usureros" judíos, la semejanza con el estilo propagandístico del nazismo se revela sorprendente. Sin embargo, la cuestión principal es si son efectivos o no, y me temo que pueden serlo bastante. Ante esto, denunciar como hace Mayor Oreja que nos hallamos ante la campaña más sucia de la democracia, aunque fuese cierto, no sirve de nada. En mi entrada anterior he desarrollado este tema.

Ahora bien, uno de los vídeos del PSOE, el montaje sobre la famosa foto de Bush y Aznar con los pies sobre la mesa, es de carácter tan sonrojantemente burdo, que incluso puede tener efectos contraproducentes. La voz en off dice: "Los de los paraísos fiscales, los de las stock options, los de los trajes a medida..."

Bueno, no sé si los deportistas de élite o los artistas que -entre otros- depositan su dinero en paraísos fiscales son ahora los monstruos a los que hay que culpar de la crisis económica. Tampoco veo nada claro que la crisis tenga realmente que ver con los ejecutivos que se han beneficiado de determinadas formas de retribución, aunque admito que eso "cuela" más. Pero lo de los trajes a medida... ¿Qué pasa, que los gobernantes socialistas, los altos cargos socialistas y los alcaldes socialistas de grandes poblaciones se visten con ropa de mercadillo? ¿O es que Francisco Camps va a ser ahora el único político español que tiene sastre? (Cuestión aparte de si se lo paga él.)

Un populismo tan grosero entraña el riesgo de que su carácter manipulador acabe siendo demasiado evidente. Si el PP se pasa de moderado y tibio, es posible que a los socialistas, emborrachados de agit-prop, se les acabe viendo el plumero por incurrir en el error opuesto. De lo contrario, si -pese a todo- semejante demagogia les reporta un saldo positivo de votos, debemos entonces enfrentarnos a lo peor: Que en efecto abundaran más de lo que pensamos los ciudadanos con los cuales estos procedimientos son eficaces. O dicho sin florituras, que la gente, definitivamente, sea idiota.