sábado, 11 de octubre de 2008

A mí también me parecen un coñazo los desfiles

Entre nosotros, si yo tuviera que asistir un domingo a un desfile militar, en lugar de pasar el día en el campo con la familia o ir a tomar el aperitivo al casco viejo, tal perspectiva no me parecería más excitante que a Mariano Rajoy, quien ha confesado -creyendo hablar off the record- que le resulta un "coñazo".

Lo que dudo es que el comentario de Rajoy sea realmente un desliz, no me sorprendería que hubiera querido dar una cierta imagen de campechanía. Efectivamente, apoyar la unidad de España y creer en la necesidad de un ejército fuerte no implica que uno tenga que ser aficionado a la parafernalia militar ni fan de la cabra de la Legión. Sepamos distinguir.

Pero que deba comprenderse en esto a Rajoy, tampoco significa que el Partido Popular esté practicando una oposición muy brillante, que digamos. Transmitir la idea de que los de derechas somos personas normales, puede que sea conveniente. Pero no transmitir ninguna otra idea, que es en lo que parece andan empeñados algunos desde la calle Génova, equivale sencillamente a un suicidio. Además de ser una persona relativamente normal, que se hace un bocadillo de jamón para cenar -como ilustraba la foto de un reciente reportaje- me gustaría saber qué piensa Rajoy sobre muchos temas. Es decir, no me valen las vaguedades insustanciales ni las apelaciones retóricas al sentido común con las cuales acostumbra a hilvanar sus discursos. Que cada día son más un coñazo, también.

P. S.: Parece que mi futuro laboral ya está resuelto por el momento. De nuevo muchas gracias a todos los que me habéis dado ánimos.