miércoles, 23 de julio de 2008

Y ¿quién protege a los lectores?


El Gremio de Libreros de Cataluña ha demandado a la cooperativa Abacus (con varias librerías por toda la comunidad autónoma) por hacer descuentos en los libros superiores al 5 %. Abacus aplica, en efecto, descuentos del 15 % a los que estamos en posesión de la correspondiente tarjeta de socio. Y además tiene el descaro de abrir ininterrumpidamente desde la mañana hasta las 9.30 de la noche. Esto es inadmisible. ¿Habráse visto tantas facilidades para comprar libros?

El pretexto que aduce la competencia es que hay que proteger al librero tradicional, que por lo visto es una especie de erudito venerable y un amante idealista de los libros; algo así como un personaje salido de una novela de Carlos Ruiz Zafón, cuya extinción es preciso evitar como sea. Pero qué quieren que les diga. Yo creo que esos libreros hace mucho que se extinguieron. Prueben a pedir cualquier libro que no esté en la lista de novedades en cualquier pequeña librería. En el mejor de los casos, se limitarán a consultar en el ordenador, exactamente igual que harán en cualquier Carrefour. Y no se sorprendan si alguna vez incluso les contestan algo así como: "¿queeeeé?"

Si de verdad quedan libreros de los de antes, no necesitan que nadie les proteja restringiendo la libertad de precios ni de horarios. Ellos mismos se ganarán la fidelidad de sus clientes. Pedir protección es precisamente un reconocimiento de la propia mediocridad impotente. Creo que fue Rothbard quien dijo que cuando alguien habla de "competencia desleal", ya podemos prepararnos para aflojar la cartera.

Con o sin cooperativas como Abacus, cada vez somos más los que compramos la mayoría de los libros por Internet. Está abierto las 24 horas, y te los sirven en tu domicilio con mucha mayor rapidez que si los encargas en la librería. Que sigan los gremios defendiendo sus privilegios. A este paso, pronto se quedarán sin afiliados, y no me van a dar ninguna pena.