domingo, 30 de septiembre de 2007

Usos de la foto de Carod


Prosiguen en Cataluña las quemas de fotos del rey cabeza abajo. No soy monárquico. Es más, estoy dispuesto a discutir si debería ser delito quemar una fotografía del Jefe del Estado o la bandera nacional. Este debate, en relación al menos a la bandera, ha tenido lugar en Estados Unidos y personalmente me decanto hacia los partidarios de que actos de este tipo no sean considerados delictivos. Pero si algo tengo claro es que mientras tenga vigencia, la ley debe aplicarse. La tolerancia hacia los delitos menores favorece un clima propicio a otros más graves. Se empieza incumpliendo el artículo 4.2 de la Constitución, acerca de la presencia de la bandera de España en edificios públicos autonómicos, se continúa quemando al rey en efigie y se acaba convocando un referéndum de independencia.

Por cierto, el momento elegido por el lehendakari no es casual. Ibarretxe ayuda a Zapatero a ganar las elecciones dándole la ocasión para mostrarse como defensor intachable de la unidad de España y tratando así de evitar que la llegada de Rajoy a La Moncloa pueda poner fin a la bacanal nacionalista. Lo que ya no sé es si sus cálculos incluyen también echar una mano a Puigcercós, poniendo en evidencia a un Carod-Rovira que hace unos días convocaba su referéndum para... 2014.

En efecto, todas estas algaradas incendiarias de los niñatos de Esquerra, al final sólo sirven para que los nacionalistas vascos, una vez más, tomen la delantera. "Los malvados nunca encuentran descanso", decía Stevenson. Es justo lo que podríamos decir de los radicales. El que entra en ese juego luego no puede quejarse si es deplazado por otro más audaz todavía -o con menos escrúpulos. Le ha ocurrido a Convergència i Unió con ERC, y al PNV le puede acabar ocurriendo con ETA.

Por supuesto, este proceso se reproduce dentro de los mismos partidos. Detengámonos en el caso del vicepresidente de la Generalitat, Honorable Sr. Josep-Lluís Carod-Rovira. Ha jugado a ser radical hasta un grado que si este país se respetara a sí mismo, estaría en la cárcel. Siendo presidente en funciones del gobierno autonómico, le faltó tiempo para reunirse con los terroristas etarras en Perpiñán. Poco después, la organización criminal declaraba una tregua circunscrita sólo a Cataluña. ¿Les había repetido a los representantes de ETA lo mismo que les dijo en 1991, tras el atentado contra la casa-cuartel de Vic, que "cuando queráis atentar contra España, os situéis previamente en el mapa"?

El artículo del diario Avui (31-05-91) en el que consta esa frase para la posteridad es, además de un ejemplo impagable de la degeneración moral consustancial a todo fanatismo, un verdadero retrato del personaje. Nos dice que condena toda violencia, "especialmente" la de los Estados: Equidistancia exquisita entre los asesinos y quienes los combaten. Eso sí, también condena la violencia ejercida por los "oprimidos", identificando a los criminales con su causa. Por si hubiera alguna duda, en un párrafo anterior se solidariza con el nacionalismo más delirante: "Sufrimos -dice- con el pueblo vasco el drama de un pueblo condenado al aniquilamiento de su condición nacional... el sombrío horizonte de una lengua minorizada, de una cultura asfixiada, de una nación troceada... la angustia de medio millar de presos." En suma, tras reñir a ETA por su "torpeza" al interferir con "la victoria progresiva que vamos obteniendo en las conciencias de los ciudadanos" (notable confesión de la mentalidad totalitaria, cuyo verdadero objetivo es dominar las mentes, no meramente los cuerpos), el insulto más hiriente que encuentra contra los criminales es llamarles españoles ("fanfarronería típicamente española", "la dialéctica... tan española, de los puños y las pistolas"). Cuesta imaginar que pueda haber alguien más enfermo de odio hacia España. Y sin embargo, ni siquiera eso le garantiza poder mantener su liderazgo dentro del partido.

Tras el fracaso de la revolución de octubre de 1934, los nacionalistas catalanes y vascos trataron de exculparse diciendo que habían sido "desbordados" por los radicales. Josep Pla, con su habitual lucidez, les recriminó su imperdonable frivolidad. Vale la pena citar sus palabras:

"Si us dediqueu a la política demagògica, ¿qui podrà evitar que un demagog més audaç us segui l'herba sota els peus i us desbanqui? En Companys ha estat desbordat per en Dencàs. I en Dencàs, per qui ha estat desbordat? Per en Badia? I en Badia, per qui haurà estat debordat? És la cadena dels desbordaments. És la cadena que ha estat estudiada gairebé científicament a propòsit de la Revolució Francesa: Necker desbordat per Sieyès; Sieyès desbordat per Mirabeau; Mirabau desbordat per Brissot i els girondins; Brissot desbordat per Danton; Danton desbordat per Robespierre i Marat; Robespierre desbordat per Babeuf i els comunitzants... "

Seguro que ya hay quien espera fríamente su momento, jugando a los dardos con una foto de Carod por diana. Y se me ocurren otros usos de su foto. Fuentes de inspiración no faltan.

ACTUALIZACIÓN 3-10-07: Dos miembros del partido de Carod han reconocido ante el juez que enviaron al líder político Albert Rivera una fotografía suya con una bala en la frente.